jueves, 16 de septiembre de 2010

Asiento 15-V, de Puri Gómez

Corre como loca para llegar puntual. Divisa su mostrador entre una cola infinita de gente que se agolpa para facturar los equipajes. Se ahoga. Odia volar y sólo quiere subir a ese estúpido trasto, tomarse sus pastillas y dormir. 
No quiere mirar atrás, ha sido una estatua de sal durante los últimos cinco años, pero la sensación del soplo en la nuca le hace estremecerse. 
Asiento15-V. No desea ver paisajes que van creando una maqueta de colores, ni  nubes desperezando ilusiones. Cierra la ventanilla y despegan. 
No se siente cansada, sólo rota. Se apagan las luces. Le escuecen los ojos, respira, alguien le ofrece una botella de agua y sin mirar bebe a sorbos pequeños aprovechando para ingerir su Lexatil. Un vuelo ligero, un sueño profundo, una mano que se desliza con pericia hacia su estómago, un pinchazo eficaz, un hilo de sangre que le recorre las piernas. Él la ha encontrado. Sin inmutarse, mirándola con satisfacción, se aleja sin prisas hacia la cabina. 
Ella ha llegado a su destino. 

© Puri Gómez

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