martes, 31 de agosto de 2010

Aéreo



—Estimados pasajeros, las condiciones meteorológicas son óptimas para el despegue — anunció el joven piloto. Su madre le observaba a bordo, estaba orgullosa de los pasos de su hijo. 
Con un movimiento del brazo el capitán encendió motores. El padre también le miraba de reojo desde su puesto. Todo estaba apunto: las hélices hicieron lo suyo y la máquina empezó a coger velocidad a través de la superficie azul. 
El  piloto estaba radiante, era el primer avión que dirigía y quería hacerlo bien. Su madre le había enseñado todo aquella mañana. Conocía cual era su papel y no podía fallar. Se cercioró por última vez de la dirección del viento. El niño tomó carrerilla y con un impulso el pequeño avión salió volando desde la cubierta de la lancha en marcha que su padre conducía ¡Lo había conseguido! 
La madre esperaba a su pequeño con una sonrisa y otro folio ya doblado entre las manos.


© Jonatan Sánchez Martín

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